lunes, 27 de abril de 2015

Importancia sociocultural de los mitos latinoamericanos

Escritura de relatos mitológicos

ELEMENTOS Y FUNCIONES DE LA NARRACIÓN MÍTICA

ELEMENTOS Y FUNCIONES DE LA NARRACIÓN MÍTICA
En las siguientes páginas veremos cómo es que el mito a lo largo del tiempo ha sido mal entendido desde la perspectiva de "historia ficticia", "ilusión" y hasta "mentira". El hecho de que nosotros y la sociedad en la que vivimos no sea mítica no implica que el mito se entienda en un sentido peyorativo, como si lo que es mito careciera de validez. Por otro lado, la palabra "mito" también ha sido entendida como aquello misterioso y tal vez sobrenatural que no fue real y en esto tampoco convenimos.
Si por algo se caracterizaron los mitos fue precisamente por formar parte de la vida real de los hombres arcaicos, de tal suerte que sus rituales no eran concebidos desde fuera, en forma abstracta; por el contrario, aquellos hombres los vivían penetrándose en una atmósfera sobrehumana que hacía girar su existencia conforme a los preceptos míticos. Conocer el mito, significaba conocer la creación y el origen de las cosas, entender este origen permitía el control sobre lo que se conocía y significaba el acceso a vivir dominado por la potencia sagrada, por lo tanto a mantenerla y respetarla como modelo. Dentro de este patrón a seguir el hombre vivía el mito, de ahí la aparición de tribus en las que se practican actos orgíasticos y otro tipo de conductas extrañas, sin embargo, el estudio de tales conductas no debe de calificarse de salvajismo o intrusión patológica, debe entenderse dentro de un contexto cultural y humano, en el sentido en que el hombre mítico vive con el mito y de acuerdo a él, el mito y su reactualización forman parte de su realidad, aún más, sobrepasan su entorno para convertirse en el modelo a seguir. De igual manera como los Seres Sobrenaturales actuaron, así el hombre deberá ser y vivir, al vivir de esta manera pasará de una realidad cotidiana, a aquella en la que el tiempo cambia convirtiéndose en presente, este tiempo sagrado es parte de lo que está en el origen, en la causa que dió cabida al hombre en el mundo, y no sólo a él, sino también al mundo en sí mismo. Este realidad sobrenatural le da sentido a la vida del hombre y de ahí el rechazo a entender el mito como ilusión o mentira.
El mito y sus elementos.
Es una tarea difícil definir al mito, pues implica encerrar dentro de ciertos límites lo que constituyó una realidad y forma de vida de seres humanos de épocas antiquísimas. Se convierte en una labor complicada considerando primero que, nuestra concepción del mundo y manera de conducirnos cotidianamente descansa en la percepción visual y no oral; segundo, el mito actualmente lo entendemos más como una historia ficticia ajena a nosotros que como un fundamento de nuestro existir. Éstos son dos de los obstáculos que hacen que lo que determinemos como mito necesariamente deba reconocerse bajo sólo una visión reservada de todo lo que implica una "definición" de mito.
El mito puede ser entendido como "la narración de un acontecimiento que ha tenido lugar en el tiempo primordial, el tiempo fabuloso de los comienzos… el mito cuenta cómo gracias a las hazañas de los Seres Sobrenaturales, una realidad ha venido a la existencia, sea ésta la realidad total, el Cosmos, o solamente un fragmento: una isla, una especie vegetal, un comportamiento humano, una institución. Es, pues, siempre el relato de una creación: se narra cómo algo ha sido producido, ha comenzado a ser."
Dentro de la mentalidad y concepción mítica, la participación de lo Sobrenatural en el Mundo es fundamental para el hombre de esta época, el hombre vive y es hombre -con todo lo que implica ser humano- gracias a las acciones de seres sobrenaturales, prueba de ello es que el hombre existe; las acciones de lo sagrado sobre la muerte son también "reales" ¿o acaso no es real el que todos morimos?, las comunidades arcaicas dirigían su existencia en base a los modelos establecidos por el mito no sólo dentro de un nivel espiritual sino también en un escalón aterrizado a la realidad de las actividades humanas más elementales como el caso de la alimentación. Para este tipo de sociedades el mito era intrínseco a su vida y a su mentalidad, ésta no poseía naturaleza externa e independiente respecto a su proceder, por el contrario, así como el individuo era consecuencia o resultado de causas sagradas, así debía seguir dentro del patrón conductual revelado por el mito.
Actualmente las decisiones tomadas por cada uno de nosotros, diríamos que llevan la influencia de causas determinadas y una serie de circunstancias, sin embargo, lo decidido es propio de nuestra elección, hasta cierto punto somos independientes de patrones establecidos, es decir, nuestra resolución tiene la posibilidad de emanciparse de ellos. El caso de las sociedades míticas es radicalmente distinto, nos atreveríamos a decir que el individuo al decidir conforme lo establece el relato mítico, pierde su libertad e independencia, pierde apertura a una extensión de posibles explicaciones o visiones del mundo, sólo concibe una como válida, la mítica, la sagrada, la sobrenatural, aquella que lo creó, el hombre es parte de ella y se debe por entero a ella. El mito se convierte en el lazo que une a los creadores -los seres sobrenaturales- con sus creaciones -o consecuencias directas de sus actos, a saber, el Mundo, el Cosmos, el hombre, la propia muerte etc.-
Historias Verdaderas e Historias Falsas.
Podríamos determinar como historias verdaderas a los mitos y como historias falsas a los cuentos o fábulas. Como principio podemos diferenciar que en las primeras los protagonistas son seres sobrenaturales y sagrados, en las segundas se relatan sucesos triviales de algún héroe, o animal, en otras palabras, entre unas y otras se encuentran antagónicamente lo sagrado y lo profano. Sin embargo, la distinción no se reduce sólo a la naturaleza de cada narración, hay mucho más de fondo.
El mito, como se ha visto, incluye al ser humano en su relato, lo hace partícipe de él, tanto, que su vida la explica a partir de lo sagrado. El caso de los cuentos es la exposición de algo completamente externo al hombre, algo que no lo afecta en lo más mínimo, puede contarse en cualquier tiempo a diferencia del mito que requiere de un momento específico e igualmente sagrado, rige la vida humana por el nivel tan profundo de compromiso que naturalmente otorga a cada hombre.
De cualquier forma, se trate de historias verdaderas o falsas, ambas poseen un rasgo en común: no son sucesos cotidianos. Ciertamente la creación del mundo, del hombre, de los animales y del resto de los seres vivos no acaece todos los días, lo sobrenatural es penetrado en el hombre por el sólo hecho de existir. En otras palabras, el ser humano no nace todos los días y tampoco muere todos los días, no todos los días es creado el Sol ni todos los días es creada la Luna, cada irrupción divina es especial, singular, de igual modo extraordinario afecta la vida del hombre. Por su parte, los cuentos sobre héroes son equivalentes respecto a su singularidad, no todos los días el héroe libra una batalla gloriosamente, lo que encierra lo magnífico de ese momento va de la mano con su ausencia de cotidianidad. A pesar de la similitud mencionada entre uno y otro tipo de narración, la característica que los distingue está en que el mito enseña al hombre la historia que lo constituye y además muestra el modo de vivir en el lugar donde fue puesto. El mito no sólo mantiene una naturaleza informativa sobre parte esencial del hombre, de dónde viene y por qué surgió, también indica a éste las prácticas que debe seguir para sobrevivir en el mundo donde fue situado, vb.gr: "determinada tribu vive de la pesca, y esto porque en los tiempos míticos un Ser Sobrenatural enseñó a sus antepasados cómo capturar y cocer los pescados".
Así como el hombre moderno se explica a sí mismo a partir de la Historia, el hombre arcaico se explicaba también a partir de los acontecimientos míticos. Es decir, ambos individuos no son seres acabados, dados, hechos de principio a fin, no son seres condenados a lo estático, todo lo contrario, entre su nacimiento y expiración se van haciendo a ellos mismos y eso que van construyendo -o les fue construído- lo van dejando detrás, a saber la historia, el hombre moderno se entiende y conoce desde lo que ha sido, ha hecho y ha vivido en el pasado: su historia; el hombre moderno también se explica tomando como base que es consecuencia de sucesos externos que afectaron directamente su existencia y condiciones de ésta, tal es el caso del descubrimiento de América y la conquista de los españoles a los indígenas, el mexicano es consecuencia de esta invasión y de ninguna manera puede ignorar que él es producto de esa mezcla de culturas. De forma similar, el hombre mítico se consideraba resultado y consecuencia de los actos sagrados, a diferencia de nosotros, este hombre vivificaba esa historia que lo definía, la conocía y la hacía presente; el hombre moderno lejos de vivificar la historia que lleva detrás, ni siquiera requiere de conocerla en su totalidad, este individuo deja atrás la historia, la mantiene irreversible, casi diríamos, muerta. El mito al ser reactualizado muestra al hombre arcaico no sólo la explicación de cómo las cosas llegaron a su existencia sino también cómo encontrarlas y hacerlas presentes: un mundo que se mantiene vivo y en el que al pasado no se le aleja ni se le desecha haciéndolo ajeno al presente, en el mito, el pasado forma parte y se hace presente mediante el rito.

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LA MITOLOGÍA CLÁSICA

LA MITOLOGÍA CLÁSICA

Tradicionalmente se entiende que la mitología es el conjunto de las leyendas y que una leyenda es todo relato de sucesos que son inciertos e incomprensibles, pero sobre los cuales existe una tradición que los presenta como acaecidos. Leyenda, en sentido amplio, y mito, en su sentido más amplio, son una misma cosa.
La mitología clásica es el conjunto de leyendas o mitos griegos y romanos que tuvieron vigencia como tales leyendas en cualquier momento del ámbito temporal que va desde los orígenes de la civilización griega y romana hasta el año 600 d. C.
Mitografía es el conjunto de obras literarias que tratan de la mitología. En particular, mitografía es el conjunto de obras literarias griegas y latinas desde los orígenes hasta el s. XII d. C. que tratan de la mitología clásica, ya sea en forma sistemática, ya en alusiones o en utilizaciones de cualquier clase o extensión.
Aunque podemos ver otro concepto de mitografía: la investigación científica de las leyendas o conjunto de los estudios modernos sobre ellas.
Los datos ofrecidos por la mitografía en sentido restringido son el material básico para la mitología clásica y junto a ellos toda clase de indicios o datos (iconográficos: representaciones pictóricas y escultóricas; epigráficos; etc.).
Todos los mitos o leyendas contienen tres elementos comunes:
falta de comprobabilidad: esto afecta a parte de las leyendas, pero hay partes claramente imposibles (Helena nació de un huevo).
pretensión de veracidad: todos pretenden ser ciertos en su totalidad, tal y como los cuenta el mito.
tradicionalidad: todos has sido narrados por muchas personas y vueltos a narrar por otras.
La fecha del 600 d.C. para cerrar el ámbito temporal coincide con el comienzo de la Edad Media.
Pasaremos ahora a ver la relación entre historia, mito y novela.
El mito está entre la historia y la novela. La historia se caracteriza por su certeza y la novela, por su ficción. El mito participa de ambas características.
El mito en sentido amplio se divide en tres especies:
mito propiamente dicho, es el relato acerca de dioses o de fenómenos de la naturaleza más o menos divinizados (Zeus, Hera, Atenea,...).
leyenda, propiamente dicha, es el relato acerca de héroes, heroínas o personajes similares, caracterizados siempre como seres humanos notables dentro de su colectividad y con nombre propio (Edipo, Orestes, Jasón,...)
cuento popular, es el relato acerca de personajes humanos indeterminados, a veces sin nombre propio, pero de notable interés por sus hazañas o cualidades (un cazador, un pastor,...).
Estos tres subtipos pueden mezclarse en una misma narración mítica, por lo que esta división a veces no es demasiado efectiva.
Y ahora, por último, hablaremos brevemente sobre el origen de la mitología.
Los orígenes del mito son diversos:
los mitos intentan explicar las fuerzas o fenómenos de la naturaleza y las cualidades o realidades morales del hombre individual y de sus experiencias sociales (simbolismo). Según esto, los dioses representarían ideas o símbolos: Apolo y Hefesto, el fuego; Posidón, el agua; Hera, el aire; Atenea, la inteligencia; Afrodita, el deseo; etc.
los mitos explican hechos triviales de la vida corriente que se convierten en hazañas o rarezas por confusión en la tradición oral de la leyenda. Por ejemplo, Pasífae, la mujer de Minos, no tuvo relaciones con un toro, de las que nacería el Minotauro, sino con un joven llamado Toro.
los mitos de los dioses proceden de algunos gobernantes que por su enorme poder acabaron siendo considerados como dioses, de ahí su elevado número.
Vamos a comenzar nuestra descripción de la mitología clásica por los mitos divinos en una segunda parte hablaremos de los relatos en los que el hombre es el principal protagonista, es decir, las leyendas. Éstas están agrupadas en las grandes estirpes que gobernaron las principales ciudades griegas antiguas: Argos, Micenas, Tebas, Troya, Atenas, Esparta

ATENEA (copia de s. I d.C. de un original griego del s. V a.C. de Mirón. Encontrada en los jardines de Luculo en Roma). Museo Liebighaus, Frankfurt.

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